Metrópolis
Es la maldición de las ciudades medianas, de las presuntuosas urbes de provincias que se imaginan gigantes e inabarcables. Creen - ellas, las propias ciudades con su alma vieja y su vanidad incontable - que nunca ya más serán como los pueblitos de los que proceden las hormigas que las habitan, metrópolis en la que cada uno puede perderse, corromperse a voluntad, lejos de chismes y de ojos en cada rincón. Pero no, hay finitas calles y pequeño es el numero de miradas que se cruzan, de bares en los que perder el control, de esquinas tras las que nos encontramos a alguien
.., alguien a quien tememos y deseamos encontrar, un jaque que no sabemos si dará ventaja o se cobrará la pieza, un reencuentro como un repentino viaje en el tiempo; traicionero, inesperado, pero increíble..si es en la noche
Esa es la maldición de estas ciudades de provincias, uno nunca puede perderse del todo, corromperse o santificarse en una nueva vida lejos de las miradas indiscretas. No como en las grandes Metrópolis en las que lejos de ser conocido eres tan solo un rostro que rara vez se recuerda
.incontables calles y miles de miradas componen una realidad anónima que se ruboriza de vergüenza cada vez que se mira
.?Son las metropolis o es cada uno el que se aisla y oculta entre la multitud
?
¿eres quien eres? O eres en donde vives?
¿cuanto hace que no miras a a los ojos al mundo que te rodea?
0 comentarios