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Las Crónicas del Arcángel Azrael

Dama del amanecer....

Dama del amanecer....

Amanecía en mi vuelo…, de izquierda a derecha la línea del horizonte marcaba un antes y un después de la verdad….la oscuridad desaparecía… A un lado, la izquierda el principio… el amanecer… la luz… la libertad mostrada en toda su estupidez. Al otro lado, donde el contorno de la luz y la oscuridad se hacía indistinguible, donde el mundo del horizonte cambiaba de el azul oscuro, marino, casi negro, al rosado, cruento nácar de luz, crema luminoso….
Hacia la oscuridad de la verdad me llevaban los brazos de las tinieblas.., allí, hacia la noche infinita….empapado de sudor… de esplendor.. de música… y sin escuchar, olía la verdad de mi destino: Que yo no soy nadie...y que no debería serlo…. Que lo fui todo esa noche… me amaste…te amé…y te amaré…. que nadie lo dude. Que será y será una y otra vez… vuelta a empezar y jamás dejarás de encontrarme… ni yo de buscarte…, que hoy amé como hacía tiempo que no lo hacía. Ella volvió, sonrojada como una supernova. Viva como el césped, indivisible, perfecta……bella..preciosa…como el amanecer…
Eres y serás, en vida como sólo tu sabes….Dama del amanecer… Amor es una palabra fútil donde esconder los grandes tormentos que azotan mi alma….soy el maldito ante la luz…y ante los ojos que te ven a diario….
Incluida en mi alma estás por los siglos de los milenios…y aunque triste… gracias doy por ello.

Decicado a Kelpie...La Dama del amanecer....mi otra cara de la moneda....

3 comentarios

Musins -

Sabes cuando alguien te habla en sueños?...no se es algo muy extraño...
Sigo disfrutando de tus blogs, por cierto una imagen preciosa..
Un beso.

Silencio -

Encontré este blog hace unos días, lo he estado leyendo en la medida de lo posible y he de decirte que tu forma de escribir es espléndida y que consigues transmitir mucho. La verdad es que te envidio, me gustaría llegar a escribir algún día como tú.
Te sigo la pista.

Betina -

Es precioso que en el fondo de tu corazón desees y aun perviva Kelpie, la Dama del Amanecer.
Un beso